
Balenciaga vuelve a la perfumería y te contamos todos los detalles
Balenciaga abre un nuevo capítulo con el lanzamiento de diez fragancias inéditas concebidas como auténticas esculturas invisibles. No es solo un gesto estético, es la materialización de una investigación de 15 años que culminó con un hallazgo inesperado: un frasco olvidado de Le Dix (1947), el primer perfume de la Maison.
La colección rinde homenaje a Cristóbal Balenciaga, al rigor de su técnica y al poder escultórico de sus siluetas, trasladando ese mismo ADN al terreno de la perfumería contemporánea.
Los frascos recargables reproducen el diseño original: vidrio esférico, cinta atada a mano, tapón de cristal. El contraste del gris industrial en el envase evoca el paso del tiempo. —Un recordatorio de que el archivo no es un museo, sino un laboratorio vivo.

¿Qué hace únicas a estas diez fragancias?
Cada creación es un estudio de dualidades olfativas: claridad y sombra, tradición y vanguardia, pureza y exceso. En ellas, aceites preciosos chocan con estructuras radicales, dando como resultado lo que podría describirse como alta costura embotellada.
La alquimia exacta de lo que Balenciaga sabe hacer mejor: convertir opuestos en armonía.
¿Qué significan los tonos de la colección?
Los tonos de la colección de Balenciaga Parfums recorren un espectro que va ganando intensidad gradualmente, desde una claridad luminosa que evoca los comienzos y la pureza de lo nuevo, hasta facetas ahumadas que reflejan la complejidad y la tensión entre tradición y vanguardia, culminando en una obsidiana opaca, símbolo de misterio, fuerza y permanencia.
Este juego de luces y sombras traduce la intensidad del paso del tiempo en un lenguaje olfativo y visual, haciendo de cada frasco un testimonio de cómo la memoria se transforma y se reinventa.

La propuesta está disponible en la boutique de fragancias de Balenciaga en el 10 Avenue George V de París, dirección icónica de la Maison, además de tiendas seleccionadas en todo el mundo y en la web de Balenciaga —El destino no es casual: volver a la dirección histórica es sellar un pacto entre memoria y modernidad.